La desinformación como riesgo empresarial 🛡️

Estamos ahogados en información. Desde las noticias hasta los informes internos, los datos son el motor de nuestras decisiones. Pero, ¿qué ocurre cuando ese motor se contamina? Ya no hablamos de errores inocentes, sino de una amenaza mucho más insidiosa: la desinformación deliberada. Esto va mucho más allá de un simple "no confíes en todo lo que lees"; es una estrategia sofisticada, diseñada para desestabilizar incluso a las organizaciones más robustas.

🚨 El Foro Económico Mundial, en su Informe de Riesgos Globales 2024, identifica la desinformación como el riesgo global a corto plazo más grave. Esta es una alerta directa para cada líder empresarial. No es un problema de nicho de ciberseguridad, sino una amenaza fundamental para la estabilidad social y política con un impacto directo en el entorno de negocios. El informe destaca que actores, tanto internos como externos, usarán la desinformación para amplificar las divisiones sociales y políticas, especialmente con elecciones importantes en 2024 y 2025. Esto augura una mayor volatilidad y potencial de disturbios civiles, que inevitablemente se traducen en interrupciones económicas.

Es fácil ver la desinformación como un riesgo "suave", algo que solo afecta la opinión pública. La realidad es que su costo financiero es asombroso y a menudo invisible. La desinformación online le cuesta a la economía global casi 80 mil millones de dólares anuales, según CHEQ y la Universidad de Baltimore. Esto no es una suma menor; es un drenaje significativo de la vitalidad económica.

Pensemos en ejemplos claros: el fraude publicitario costó a los anunciantes digitales 35 mil millones de dólares en 2020, un golpe directo a los presupuestos de marketing. Las reseñas falsas online representan un problema global de 152 mil millones de dólares, afectando gravemente sectores como el comercio electrónico y el turismo. La confianza del consumidor en las reseñas es crucial; si se rompe, las ventas pueden desplomarse.💔

Casos como la industria avícola en India, devastada por una noticia falsa que vinculaba el consumo de pollo con el COVID-19, o el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) en marzo de 2023, muestran la rapidez con la que el miedo y la desinformación pueden evaporar la confianza del mercado. El SVB sufrió retiros por 42 mil millones de dólares en un solo día, impulsados por rumores, lo que llevó a su cierre. Esto demuestra cómo la desinformación no solo implica fraude directo, sino también la pérdida de confianza, que puede desencadenar corridas bancarias, volatilidad del mercado y boicots de consumidores.


El rápido avance de la Inteligencia Artificial está transformando la desinformación en un misil guiado de precisión. El Informe de Riesgos Globales 2024 del Foro Económico Mundial advierte que la IA, en manos maliciosas, puede "inundar los sistemas de información globales con narrativas falsas".

Los deepfakes (audio, video, imágenes generados por IA) son tan realistas que imitan a personas reales. Alarmantemente, un 70% de las personas no confía en poder identificar una voz real de una clonada. Esto es grave porque la IA socava la confianza inherente que tenemos en la información visual y auditiva. En enero de 2024, un ejecutivo de la empresa de ingeniería Arup fue engañado en una estafa de deepfake, perdiendo 20 millones de libras esterlinas. Los estafadores usaron videos y audios públicos de colegas para crear deepfakes convincentes en una videollamada. Este caso real subraya la devastación financiera que pueden causar. Los deepfakes no solo afectan a grandes corporaciones; el 20% de las empresas australianas fueron amenazadas por deepfakes en los últimos 12 meses, y el 12% fueron víctimas

🚨La preocupación no se limita a los deepfakes. Una encuesta de Forbes Advisor de 2023 reveló que el 76% de los encuestados estaban preocupados por la desinformación generada por herramientas de IA como ChatGPT. Esta desconfianza generalizada significa que incluso las comunicaciones corporativas legítimas podrían ser vistas con escepticismo.

Sin embargo, hay una "paradoja de la IA": la misma tecnología que crea la amenaza también ofrece soluciones. La IA y la automatización en seguridad pueden reducir los costos de las filtraciones de datos en un promedio de 2.2 millones de dólares. Esto crea una "carrera armamentista de IA" en ciberseguridad. Las organizaciones que no inviertan en IA para la defensa se verán cada vez más superadas.

Más allá de las pérdidas financieras, la desinformación deja una cicatriz más profunda: la deterioro de la confianza y el daño reputacional. Esto no es solo dinero; es la esencia de la relación de una marca con sus stakeholders.

La desinformación corporativa es una realidad. Empresas de alimentos han sido demandadas por tácticas de "nutriwashing" (hacer que alimentos procesados parezcan saludables). La industria cárnica ha usado narrativas engañosas para presentarse como "más verde". Estos ejemplos demuestran cómo la desinformación, cuando es expuesta, destruye la confianza del consumidor y genera problemas legales.

La crisis de confianza del consumidor es un factor crítico. Los consumidores ya desconfían: el 52% no confía en las redes sociales, y el 76% está preocupado por la desinformación generada por IA. Sin embargo, una encuesta de Attest de enero de 2025 muestra un aumento en la confianza del consumidor en las herramientas y empresas de IA cuando se perciben beneficios y transparencia, especialmente entre los más jóvenes. Esto sugiere un panorama complejo donde la confianza se construye sobre la transparencia.

Los ejecutivos corporativos también son un blanco creciente. Aproximadamente el 40% de los encuestados en un estudio de 2024 afirmó que un ejecutivo fue blanco de un ataque de deepfake. Esto resalta un riesgo directo y personal para el liderazgo, con importantes consecuencias reputacionales y operativas. La desinformación no solo roba dinero; destruye el valor a largo plazo al socavar la base de confianza de una empresa.

El panorama puede parecer desalentador, pero aquí es donde la gestión de riesgos brilla. La verdadera resiliencia no es evitar todas las amenazas, sino construir la capacidad para absorber los golpes, adaptarse y salir fortalecido. En este nuevo escenario, la gestión de riesgos no es solo un cumplimiento; es un imperativo estratégico.

Hay áreas clave para la acción:

  • Ciberseguridad robusta con IA 🔐
  • Planes integrales de respuesta a incidentes ⚡️
  • Transparencia y comunicación clara💎
  • Participación y capacitación a nivel ejecutivo 👩‍💼
  • Gestión de riesgos de proveedores 🔗

La resiliencia en la era de la desinformación depende tanto de las personas como de la tecnología. Las herramientas son tan efectivas como las personas que las usan y las políticas que las guían. La resiliencia se convierte en una responsabilidad compartida, donde la capacitación en conciencia de la desinformación es tan vital como el software antivirus.

En la era de la desinformación, el activo más poderoso no son solo los datos, sino la información verificada y confiable. ✅ La verdadera fortaleza proviene de nuestra capacidad colectiva para discernir la verdad de la manipulación y construir sistemas robustos, tanto tecnológicos como humanos, que la defiendan. 🛡️

La desconfianza del consumidor es alta, y los ejemplos de desinformación corporativa demuestran su impacto negativo. Sin embargo, la confianza en la IA está creciendo con la transparencia. Las empresas que combatan activamente la desinformación y mantengan una comunicación transparente construirán relaciones más sólidas, lo que se traduce en mayor lealtad, una mejor adquisición de talento y estabilidad en el mercado.

Como líderes, nuestro papel nunca ha sido más crítico. Significa fomentar una cultura donde el cuestionamiento, la verificación y la comunicación abierta no solo se fomentan, sino que se esperan. El gestor de riesgos se convierte en un "guardián de la verdad", defendiendo la percepción y la credibilidad de la organización.🕵️‍♂️

Discernir la verdad es la resiliencia del mañana. 🛡️