Como católicos, no podemos dejar de conmovernos al pensar en la partida del Papa Francisco a la casa del Padre. Al reflexionar sobre su vida, su legado y su mensaje, nos encontramos con una certeza profunda: el Papa Francisco ha sido una luz que ha iluminado el camino de todos, enseñándonos que liderar es servir, que actuar con ética es fundamental y que comprender a fondo el contexto y los desafíos de cada época es esencial para construir resiliencia, sin perder de vista lo más importante: la dignidad y el cuidado del ser humano.
En sus palabras, gestos y escritos, el Papa Francisco dejó lecciones que van más allá de lo pastoral, conectando profundamente con el quehacer profesional, especialmente para quienes trabajamos en la gestión de riesgos. ⚠️ Su vida y su magisterio nos enseñan que gestionar no es simplemente controlar, sino comprender, acompañar y transformar con humanidad. Desde el discernimiento, que invita a pausar y decidir con sabiduría, hasta la centralidad de la persona,👤 por encima de los procesos y sistemas.
Nos recuerda que la imperfección no es un obstáculo, sino una oportunidad para actuar con humildad y verdad. Y nos muestra que el riesgo más profundo no siempre está en lo evidente, sino en lo no mirado: en las periferias, en las voces silenciadas, en lo que no queremos ver. Este llamado a mirar más allá de lo obvio se refleja en sus enseñanzas y en sus libros.
📘 En El nombre de Dios es misericordia, invita a pausar, orar y decidir con sabiduría, a comprender el error antes que condenarlo. Nos enseña que una cultura de aprendizaje siempre supera a una cultura de castigo, evitando tomar decisiones impulsivas que no abordan la causa raíz.
📘 En Soñemos juntos, nos anima a ver las crisis como momentos para emerger renovados, más humanos, con estructuras que verdaderamente sirvan a las personas. Cada crisis es una oportunidad para rediseñar, reconstruir y avanzar con una mayor humanidad.
📘 En Fratelli Tutti, nos recuerda que, sin vínculos, confianza ni comunidad, la gestión de riesgos pierde su verdadero sentido. La cultura de control debe convertirse también en una cultura de confianza, vínculo y cuidado mutuo. El capital más importante de cualquier organización es su gente. Sin una cultura humana, no existe control efectivo.
📘 Y en Laudato Si’, nos desafía a adoptar una perspectiva sistémica, donde cada decisión impacta en la sostenibilidad y el legado que dejamos. Nada ocurre en aislamiento. La resiliencia se construye con visión integral y sostenibilidad.
🚶♂️Además, nos anima a explorar las periferias🌍. El riesgo no siempre se encuentra donde lo anticipamos. A menudo se oculta en las áreas invisibles, en lo no expresado, en lo que se omite. El mensaje de Francisco sobre ir a las periferias es, en términos de gestión de riesgos, un llamado a ampliar el radar y detectar lo que comúnmente pasaría desapercibido.
🙏 Hoy, más que una reflexión profesional, esto es una expresión de agradecimiento profundo. Gracias, Papa Francisco, por recordarnos que liderar es también servir, que gestionar el riesgo no es evitar el error, sino tener el coraje de enfrentarlo. Y que la fe y la técnica pueden caminar juntas cuando lo que está en juego es la dignidad humana.
📌 Que su testimonio inspire a todos a liderar con responsabilidad, pero también con esperanza.